EUROPA
PRESS
9 abril
2018
Un
suplemento dietético, prometedor contra el envejecimiento cardiovascular
Fisiológicamente, el cerebro envejece
igual que el resto del organismo. Perdemos unas 100.000 neuronas diarias. Es a
la vez impresionante e insignificante porque tenemos unos 100.000 millones y,
además, podemos fabricar neuronas durante toda la vida.
Sin embargo, para ello debemos asegurarnos de que permitimos
que la fábrica de neuronas siga en funcionamiento. "En otras palabras: el
envejecimiento del cerebro depende de lo que hagamos con él. Hablar,
cultivarse, moverse, tener relaciones sociales, aprovechar la neuroplasticidad,
entre otras cosas, ayuda a atrasar el declive cognitivo que, como sabemos, es
inevitable", advierte el médico especialista francés Michel Cymes en una
entrevista con Infosalus.
Con motivo de la reciente publicación de 'Mima tu cerebro.
Cómo cuidarlo para vivir mejor' (Zenith), Cymes (autor del manual) destaca en
este contexto que la dieta ocupa un lugar fundamental y, dentro de ella, los
ácidos grasos son esenciales para la constitución de la membrana que envuelve
las neuronas.
"Se trata de una especie de vaina que, además de
protegerlas, facilita la formación de nuevas conexiones entre ellas. Si por
algún motivo te faltaran estos nutrientes pondrías en peligro tu salud
cerebral. O, al menos, esa es la conclusión a la que han llegado experimentos
con animales a los que los investigadores privaron de omega-3", indica el
especialista.
Según advierte, el déficit de ácidos grasos se paga antes o
después con disfunciones que afectan a la salud global de la persona, ya que
interfieren con el sueño, con la capacidad de aprendizaje y de retención, con
el desempeño cognitivo, y con la relación con el placer en todas sus formas.
"Antaño se hablaba de la 'vitamina J', un nombre que
cayó en desuso y ahora hablamos de ácidos grasos omega-3. El organismo humano
no puede producirlos, por lo que es importante que los obtengamos mediante la
alimentación. Cuando hablamos de los omega-3, tan beneficiosos para la memoria
y para el estado de ánimo, pensamos inmediatamente en el salmo*n. Bien pensado.
Sin embargo, este pescado dista mucho de ser el único alimento que los
contiene", señala Cymes. Por ello aquí desgrana una lista de otros
alimentos ricos en estos ácidos grasos:
- Canónigos:
Acuérdate de lavarlos antes de consumir- los. Sin embargo, evita los
chorros de agua demasiado potentes, que podrían dañar esta planta tan
frágil.
- Aceite de
cáñamo: Se conserva hasta ocho semanas en el frigorífico. Te espera en las
estanterías de productos bio y no es precisamente barato. Sin embargo, ¿le
pondrías precio a tu salud cerebral?
- Aceite de
linaza: Es un buen amigo del sistema cardiovascular. Lo ideal sería
consumir una cucharada sopera diaria. Sin embargo, no compres grandes
cantidades de golpe, ya que se pone rancio rápidamente. Opta por botellas
pequen*as y consérvalas protegidas del calor. Una vez las abras, no tardes
mucho en vaciarlas (3 meses máximo).
- Aceite de
colza: También tendrás que consumirlo rápidamente. Y, entre uso y uso,
guárdalo en el frigorífico o, en todo caso, evita que se caliente.
- Huevos:
Elígelos enriquecidos con omega-3. La gallina en cuestión se habrá
alimentado con comida enriquecida con granos de lino.
- Camarones:
Hay camarones y camarones. Si los compras importados, ten en cuenta que
los procedentes de países nórdicos son más interesantes que los de
criaderos asiáticos, ya que su contenido en omega-3 es superior. En todo
caso, te recomiendo que siempre que puedas compres productos frescos, ya
que los camarones congelados o en conserva tienen un contenido en sal
demasiado elevado.
- Semillas
de chía: Sus grasas buenas se resumen en tres letras: AAL, que designan al
ácido alfalinolénico. Aunque es un nombre difícil de pronunciar puedes confiar
en él porque le hará un gran bien a tu cerebro. Si te gustan, puedes
comerlas tal cual. Si no, muélelas. No son complicadas de combinar y
encajan con multitud de platos distintos.
- Caballa:
Es uno de los pescados más buscados por su riqueza en omega-3. Una ración
de 100 gramos basta para obtener el doble de la cantidad diaria
recomendada. Sin embargo, las personas que sufren gota han de evitarla.
- Nueces:
Cómpralas con cáscara y consérvalas a una temperatura inferior a 10 grados
centígrados. Sí, te darán algo más de trabajo, pero valdrá la pena. Las
bolsitas llenas de nueces peladas que venden por doquier son muy
prácticas, pero menos beneficiosas para la salud, ya que se oxidan.
- Sardinas:
Tanto si están en conserva en aceite de oliva virgen como si las haces a
la plancha, las sardinas harán mucho más que saciar tu hambre: te
calmarán. La sardina tiene propiedades relajantes y su consumo está
indicado en casos de agotamiento, ansiedad o estrés. Además, como son
ricas en vitamina D, son unas aliadas perfectas cuando llega el invierno y
el organismo se ve privado de la luz solar y tiene dificultades para
sintetizar esta vitamina que combate el cansancio.